miércoles, 30 de julio de 2008

HOY


Bueno, seguimos en camino. La post de Kamikaze llegando a la recta final, otra vez, pero esta vez parece que va en serio. Y está el DVD, con todos los extras. Cerrar una etapa para arrancar con otra.

El guión de Kamikaze también está listo. No veo la hora de empezar a distribuirlo.

Y Miraski, siempre Miraski.

Entonces, se trata de renovar energías. Lo que no se hizo, no está. Y lo que está, está bueno. Algo así. Lo que me mata es la constante planificación, eso de estar todo el tiempo pensando: "bueno, tengo el trimestre que va desde agosto a octubre, puedo hacer todo esto y dejar todo en marcha". Y planificar, planificar. Pero en algún punto es inevitable.

La incertidumbre del paso del tiempo y de las eternas postergaciones. Y esta incómoda sensación de que los días se acumulan y se repiten, y cuando uno se quiere dar cuenta tiene 30 años. Y cuando dejás de pensar en el tema te das cuenta que faltan pocos meses para los 31. Esa sensación de vacío, de inconformismo. Muchas cosas no pasaron, otras tantas tienen que pasar.

viernes, 25 de julio de 2008

PAOLUCCI, SEGUN JMS


Uno a veces conoce a la gente después que pasó por su vida.
Mario Paolucci entró en la mía hace cosa de unos cinco años.
La cara la conocía, el nombre no.
Me dijo Eduardo Pérsico que era hijo de uno de los mejores médicos de la zona sur, por Lanús o Banfield.

Me llamó la atención el conocimiento que tenìa Mario sobre el cine argentino.
Y también la precisión con que armaba las frases.
Era no sólo educado, sino también aprendido.
Y memorioso.

Era advertible a simple vista que si algo le faltaba, era elegancia, tal como se entiende "elegancia" hoy entre nosotros.
A tal extremo que en una oportunidad -- era miércoles, día de reunión -- tuve que bajar a la conserjería del Atlas Tower para que le permitieran entrar pues lo empleados de seguridad lo sospechaban un mendigo.
Él fue el primero en reírse de la confusión.

Ud. me envìa una semblanza verdaderamente emocionante.
Me hace saber que pasó 17 años navegando y que deambuló prostíbulos y boliches de Shangay y Singapore.
Entonces me pregunto: ¿porqué, ademàs de los cinco sentidos, no tenemos el de la "detección de personalidades" , para no sentir ahora la vergüenza y el desencanto de que pasó a nuestro lado un tipo con más de mil anécdotas de las cuales sólo conocemos cinco o seis?
¿No será que somos muy vanidosos y que algo de lo que vieron los estúpidos conserjes del Atlas Tower lo llevamos tambièn adentro con nosotros?

JOSÉ MARTINEZ SUÁREZ

martes, 22 de julio de 2008

MARIO PAOLUCCI

Mario Paolucci (15 de septiembre de 1941 / 12 de julio de 2008)
Mario ha sido un hombre cargado de contradicciones, con algunos defectos y muchas virtudes. Me siento afortunado de haber conocido todas sus virtudes: su sentimiento de la amistad, su inteligencia, esa aura mítica y al mismo tiempo trágica de poeta maldito. Esa imagen de un Buenos Aires de antaño.
Nos habremos peleado alguna vez y hemos tenido unas cuantas diferencias. Todo queda atrás. Lo que perdura es la huella que uno deja en los demás al partir. Y es evidente que Mario nunca generó indiferencia.
Podría seguir escribiendo mucho más. Hay unos cuantos recuerdos y experiencias que vienen a mi cabeza cada vez que pienso en los diez años de amistad que compartimos.
Sinceramente, creo que lo mejor sería dejar de escribir. Aprovechando que Paolucci ha sido un maestro de la oratoria, un verborrágico empedernido, lo mejor sería escuchar sus propias palabras. Una vez más.

-“En mi vida, dos cosas fueron juntas: investigar, abordar los temas con una buena mirada. El viaje interior, que es conocerse uno mismo. Y la frecuentación del libro. Siempre fui un vehemente, un apasionado lector”.

-“Mis personajes los saco de la calle, de mis caídas en la desdicha. Compongo antihéroes con influencia del tango. Marginales o picarescos. Yo anduve en la yeca toda la vida, conociendo gente, los viejos cafés de Buenos Aires, donde estaba toda esa fauna bichicome casi cercana al hampa. Conociendo esta gente compuse un personaje. Hoy la calle porteña se modificó por completo. Hay mucho veleta. No hay un espíritu de porteñidad. A mis personajes los compongo con mis recuerdos. Como el resto de los argentinos, me convertí en un nostálgico”.

-“Anduve otros caminos y estoy muy orgulloso. Siempre fui un laburador. Fui marinero de ultramar durante 17 años. Viví más tiempo arriba de un barco que en ninguna casa. Mil puertos, mujeres. Con borracheras a lo Hemingway, recuerdo un viaje al Japón donde terminé al borde de la demencia. De vuelta de ese último viaje, decidí que ya podía actuar. Y me dediqué de lleno al cine. En los barcos le sumé a mi conocimiento de la pantalla algunas cosas fundamentales. Entendí la angustia, la soledad, y la tristeza. En los mares comprendí que hay cierta locura que es necesaria para inventar personajes. Esa demencia es la que obliga a no resignarse”.

-“Siempre fui actor, porque desde chico me expresé desde adentro. Siempre fui un curioso, un anotador. Con el cine empecé filmando en el año 66, en Súper 8. Siempre estuve vinculado al género. Junto al director Sarquís armamos cineclubs, es decir, charlas con debate sobre cine de autor, inclusive acá en la zona sur”.

-“Yo he ganado un espacio, que es mío, gracias al trabajo, a mi capacidad de mirada, a mis conocimientos de cine, a muchos factores. Tengo toda una vida dedicada al arte. Estudié música, teatro, vi mucho espectáculo”.

-“El arte no es popular ni culto, debe reflejar lo que le pasa a un país y a su gente. El arte es crear un mundo paralelo a la realidad, que no sea una fotografía. Doy un perfil que tal vez los autores ortodoxos no saben hacer. Soy un voyeur, un observador de muchas cosas. Puedo sacarme la máscara y seguir siendo actor porque soy un hombre de la vida, del tango y de la calle. Yo soy Troilo y Pugliese, soy un Buenos Aires que se resiste a morir, soy un luchador”.

PRE ESTRENO KAMIKAZE


Bueno, finalmente se hizo el pre-estreno. El corto está perfecto, un par de ajustes y ya lo tenemos. El dia del estreno ya está cada vez más cerca.

Muchas gracias a las estrellas de la noche, Osmar Nuñez y Raul Teba.

Muchas gracias a Mercedes, a Carmen y a Rafael. Y a los que no pudieron venir pero igual estaban.

martes, 15 de julio de 2008

Está llegando


Ya está llegando, la espera está por terminar.

Parecía que todo estaba perdido, pero en el 2005 renovamos las esperanzas.

Había un nuevo comienzo.

Lo bueno dura poco, y tuvimos que ponernos a esperar.

Y esperar, y esperar, y seguir esperando.

En eso llego la tercera de Spiderman, que está muy bien. Y después Iron Man, que no defraudó. Y al mismo tiempo llegó Hulk... mejor no hablemos de Hulk.

Y seguimos esperando.

El jueves 17 de julio es el día.

El jueves llega el Caballero de la Noche. El estreno más esperado del año, además de Kamikaze.

Regreso a Ciudad Gótica.

viernes, 4 de julio de 2008

ARTRUCHINA, SEGUN MARTIN CAPARROS

Estamos hechos mierda. Voy a decirlo despacito, por si no quedó claro: estamos hechos mierda. Ahora voy a repetirlo, por si acaso, en latín con acento francés: estamos hechos mierda. Nosotros, la Argentina, realmente hechos mierda. Y desafío a cualquiera que no esté de acuerdo a mirar en internet –si no lo vio en la tele– el video de ese alumno secundario que acosa a su maestra.La escena es aterradora. Quiero decir: aterradora. La imagen no es muy buena –pixelada, borrosa–, pero se ve a una señora de mediana edad, anteojos, pelo lacio, que habla, con un libro en la mano, de historia argentina: Rosas, Lavalle, la muerte de Dorrego. Y se ve a un muchacho –que, después sabremos, tiene 15 años– grandote, con una especie de delantal blanco y una gorra de béisbol al revés, que la maltrata. El muchacho le agarra la cabeza, la despeina, le tapa la cara con un paraguas naranja, le baila delante, le echa polvo de tiza, la agarra de los hombros y los brazos, la zarandea, la sacude; la mujer mientras tanto sigue hablando, diciendo su lección, haciendo como si no pasara nada: simulando que enseña.
La escena es aterradora, y es difícil mirarla sin pensar lo más pavo: que ese pibe es un cobarde que se aprovecha de una persona indefensa, que dan ganas de sentarlo de un trompazo.
–¿Cómo indefensa? ¿No es la profesora?
–Sí, es la profesora, y se la ve perfectamente indefensa.
Después sabremos que, al final, como el video se vio mucho, expulsaron al muchacho y a otro compañero de la Escuela de Comercio N° 19 “Juan Montalvo”, en Caballito. A esta altura el dato es casi irrelevante: lo tremendo, en esa situación, es todo lo que el alumno hizo antes que la maestra agotara su paciencia y dejara de decir su lección de historia argentina, o sea: todo lo que esa mujer estaba dispuesta a soportar sin reaccionar, todo lo que debe ser corriente soportar en ese ámbito. Lo tremendo es esa breve percepción de lo que, en general, pasa a puertas cerradas.
Nunca me consideré un moralista ni un defensor de las instituciones. Estoy, más bien, en contra. Por eso creo que es una pena, pero que hay relaciones que no funcionan sin cierto ejercicio de poder.
La enseñanza es una de ellas: alguien –el alumno– cree que hay alguien –el maestro– que sabe más que él, que eso que sabe le interesa y que, por lo tanto, va a respetarlo y escucharlo. Ése sería la forma de consenso: así se relacionaban, supongamos, Platón y Sócrates, Agustín y Ambrosio, los alumnos de la cuarta división de cuarto año –promoción ’74– y nuestro profesor Raúl Aragón. Cuando el consenso no funciona –casi siempre–, aparece la institución, que impone esta relación de poder definiendo un papel para el alumno y otro para el profesor.
Aquí, en esta escena, está claro que no hay consenso ni hay institución. Por un lado, parece obvio que esa escuela no produce esas relaciones. Por otro, se ve que ese muchacho no tiene el menor interés en lo que está sucediendo, que nadie ni nada consiguió convencerlo de que aprender o al menos escuchar lo que le dicen pueda servirle para nada. Que está ahí sólo porque lo obligan. Y que la maestra no tiene forma de cortar una situación que hace mucho que se volvió humillante.Insisto: estoy, en principio, contra cualquier ejercicio de autoridad. Pero entiendo la diferencia entre la autoridad que proviene de un acuerdo o del funcionamiento de una institución, y la que aparece cuando nada de eso funciona. Entonces lo único que queda es la histeria y el autoritarismo: ese muchacho es un monstruo, sanciónenlo, échenlo, tírenlo a los perros. Es cierto que, viéndolo, dan ganas. Pero no sirve para nada. Y, sobre todo, se estaría castigando a la víctima, no al culpable.Culpables somos todos, en grados diferentes. Últimamente resulta de buen tono adjudicarse culpas de lo que pasa en la Argentina. Y es cierto que todos las tenemos, pero no es lo mismo la culpa del que se hizo el boludo que la del que se opuso a muchas cosas que la del que nunca pudo influir que la del que gobierna, gobernó, tiene poderes.
La culpa para todos es una forma seudoastuta de culpa para nadie.Pero en este caso la culpa general, con sus grados y sus diferencias, consiste en que todos seguimos jugando a nuestro deporte favorito: la Artruchina.
Jugamos a la Artruchina todo el tiempo, aunque a veces simulemos que hacemos otras cosas. Porque la Artruchina consiste, precisamente, en simular: en seguir simulando que somos un país. En ese país hay un simulacro de Estado que recauda lo que puede –con los especuladores financieros, por ejemplo, no puede– para poder sostener sus simulacros de educación, simulacros de salud, simulacros de justicia, simulacros de participación política. Y todos jugamos, nos hacemos los osos –en el fútbol, la gambeta es básica; en la Artruchina, nada es tan necesario como saber hacerse el pelotudo– y así vamos, hasta que de pronto, por errores, quedamos frente a un fragmento de realidad como este video, que nos muestra lo que hay detrás de esas fachadas con una bandera, un escudo y un cartel que dice escuela.Entonces lo miramos, nos indignamos, lo olvidamos –en el fútbol, la pegada es básica; en la Artruchina, nada es tan necesario como olvidar en pocas horas– y seguimos viaje: seguimos simulando que somos un país, que hay un Estado, que tenemos escuelas, hospitales, justicia, esas pavadas. A eso jugamos, y se diría que nos divertimos: Artruchina se la banca. Es una posibilidad.
La otra sería pensar que no podemos seguir jugando a este juego pedorro, y ver qué hacemos. Aunque puede ser un poco complicado. Quizá nos resulte más fácil seguir yéndonos a la mierda en bote. Total, el viaje es largo y ya tenemos la nariz tapada.

martes, 1 de julio de 2008

KUBRICK


'No tengo la mas minima duda que, para contar una historia como esta, no se podria hacer con palabras, hay solamente 46 minutos de dialogo en el film y 113 sin dialogo. Hay algunas areas del sentimiento y la realidad - o irrealidad, o anhelos internos, como lo quieran llamar - que son notablemente inaccesibles a traves de las palabras. La musica puede entrar en esas areas. La pintura puede entrar en esas areas. Formas de expresion no verbales pueden. Pero las palabras son como un terrible chaleco de fuerza.

Es interesante como muchos prisioneros de ese chaleco no les gusta que se afloje o que se saque. Hay un aspecto de la personalidad humana que de alguna forma percibe que donde sea que este la verdad cosmica, no está en A, B, C o D. Esta an alguna parte de de los misteriosos y desconocidos del pensamiento, la vida y la experiencia.

El Hombre siempre respondio a eso. Religion, mitologia, elegorias - siempre fueron las fibras mas sensibles del hombre. Con el racionalismo, el hombre moderno trató de eliminarlas, y exitosamente logro darle algunos duros golpes a la religion.
En cierto sentido, lo que esta ocurriendo con las peliculas y la musica popular es una reaccion a las inmovilizantes limitaciones del racionalismo. Uno quiere liberarse de las cosas poco significativas que son claramente discutibles y demostrables, utiles o inspiradoras, no sentimos que haya alguna enorme verdad detras de ellas'.

Stanley Kubrick