miércoles, 11 de mayo de 2011

NACIONES UNIDAS


Por Walter Graziano - Parte 27

El apoyo que logro en 1990 Bush padre en el ámbito de las Naciones Unidas para ir a la guerra contra Irak, a pesar de haber basado sus tesis en mentiras y engaños, muestra a las claras que el organismo, como mínimo, no estuvo a la altura de las circunstancias. Que George W. Bush, en el 2002, no haya logrado la aprobación de las Naciones Unidas para ir de vuelta a la guerra con Irak, no significa que la ONU haya ganado espacios de libertad e independencia como organismo, sino que las poblaciones de varios de los países más importantes del mundo comienzan a darse cuenta de que muchos de sus líderes los han sometido a procesos de manipulación y, por lo tanto, ya no puede tomarse la decisión de encolumnarse tras Estados Unidos e Inglaterra sin pagar enormes costos.


Este sano proceso por el cual en muchos países se generaliza la conciencia de que tras las guerras casi nunca se esconden objetivos de justicia es un producto no deseado y muy temido por la élite. A fin de medir este progreso en la concientización de los pueblos basta con mencionar que en 1990 Bush padre no sólo logró aprobar mediante las Naciones Unidas la guerra contra Saddam Hussein, sino que además, en un gambito diabólicamente magistral, logró facturarles la guerra a Alemania, Arabia Saudita, Japón y el emir de Kuwait. En efecto, durante 1991 y 1992 ingresaron a Estados Unidos unos 60 mil millones de dólares de esas cuatro naciones como pago por haber llevado en forma exitosa la llamada Desert Storm (operación Tormenta del Desierto). En realidad, Bush no estaba inventando nada nuevo cuando creó un nuevo producto de exportación: la guerra. Había aprendido lo suficiente de sus "padrinos" de la élite financiero petrolera que hacía siglos venían financiando guerras en Europa, América y el resto del mundo, con el fin de debilitar los Estados nacionales, a los cuales, tras las contiendas, se les imponían duras condiciones para pagar el financiamiento de ellas. Las Naciones Unidas, en toda su existencia, no se movieron un ápice para prohibir o limitar la financiación de guerras.


Los conflictos bélicos serían imposibles si nadie los financiara, o si hubiera un boicot a financiar empresas armamentísticas. Por lo contrario, se puede "narcotizar" la conciencia social acerca de la verdadera naturaleza de estos organismos internacionales, que muchas veces han servido para dotar de un barniz de legalidad a sangrientos conflictos entre países, generalmente se nombra al comando de las Naciones Unidas a un miembro de la raza negra o a un latinoamericano, lo que también da un barniz de pluralismo, tolerancia y supuesta democracia, en lo que muchas veces no es otra cosa que una parodia.

Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BIRF) y demás organismos satélite como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).


Estas entidades fueron creadas tras la Segunda Guerra Mundial. La función del FMI era, en aquella época, ayudar a mantener un esquema de paridades de cambio fijas contra el oro. En el caso de muchos países subdesarrollados, que poseían pocas reservas de oro y divisas, y que emitían fuertes cantidades de papel moneda, lo que a veces provocaba inflación, el objetivo del FMI era generalmente prestarles a fin de que pudieran realizar sus pagos externos a cambio de un ajuste interno y de una devaluación de su moneda comparable con el grado de emisión monetaria e inflación que dichos países habían padecido antes. De esta forma, el objetivo del FMI en realidad no era otra cosa que mantener a la vez inalterado el sistema de pagos internacionales y las relaciones de precios relativos entre las naciones del mundo.


Este concepto, que muchas veces permanece a oscuras, implicaba en realidad decidir tácitamente qué países debían industrializarse y cuáles no, y poseía un efecto a la vez determinante en la distribución mundial del ingreso. O sea, se decidía también implícitamente qué sociedades podían enriquecerse y cuáles no. Una vez que un país comenzaba a endeudarse fuertemente con el FMI, perdía todo tipo de libertad, sea quien fuere quien estuviese en su gobierno, para realizar cualquier tipo de políticas sociales que no tuvieran la autorización expresa del organismo internacional. Por lo tanto, tras la fachada de un supuesto "hospital" de países económicamente "enfermos", se escondía en realidad un carcelero, un gendarme que realizaba exigencias a los gobiernos a cambio de los fondos para pagar las deudas. Cuando en los años '70 Nixon retira a Estados Unidos del sistema de paridades fijas contra el oro, y el sistema de Bretton Woods estalla en mil pedazos, el FMI debió replantearse su misión. Por supuesto, la meta principal de asistir a los países para que éstos pudieran pagar sus deudas quedó inalterada, pero ya no queda régimen de paridades fijas entre monedas para defender.

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